TRANSFORMACIÓN DIGITAL EN EL SECTOR AGROALIMENTARIO

TRANSFORMACIÓN DIGITAL EN EL SECTOR AGROALIMENTARIO

Pasado

Todos hemos sido conscientes desde hace años que, la innovación tecnológica es algo imprescindible y muy útil, pero principalmente para esas grandes multinacionales y empresas que tienen recursos dedicados a exprimir el jugo tecnológico para su empresa. Por otro lado, la gran mayoría de pymes, dejábamos pasar el tiempo pensando, “ese no es nuestro tren…”. De manera que, solo ciertos avances de transformación tecnológica se implantaban y siempre, si era estrictamente necesario o si su generación de valor era fácilmente aplicable.

Pero ¿y si hubiese herramientas digitales cuya rentabilidad real no ha sido bien calculada? Esta cuestión no ha sido una preocupación, de hecho, casi todos seguíamos enfrascados en la siguiente reflexión: “Ni tan siquiera sabemos si funcionará en nuestra empresa y aunque lo sepamos, mejor será no equivocarnos. Además, tenemos mucho trabajo y preocupaciones, como para perder tiempo en eso.

Esta consideración siempre ha integrado tres implicaciones, que, aún hoy en día, siguen sin ser fáciles de solventar:

  1. ¿Hemos sabido ver la tecnología como una pieza importante de nuestra empresa?
  2. ¿Nos han convencido al ofrecernos algo de lo que no somos expertos y al mismo tiempo, han empatizado con nuestras expectativas y necesidades de mejora? Teniendo además presente el entorno global de la organización en continuo movimiento.
  3.  ¿Tenemos como empresarios o directivos, la fuerza, motivación o, en definitiva, la voluntad suficiente para implicarnos en un cambio de algo que no controlamos?

Dentro del sector agroalimentario hemos vivido especialmente, como se ha dilatado la implantación con éxito de medidas tecnológicas. Aun así, ya desde hace años se están activando importantes iniciativas, que están dándole otra visión a muchas empresas, pero en su mayoría, “grandes empresas”. Por tanto, dentro de nuestro entorno se está aún lejos de un apogeo cada vez más necesario, existiendo tres elementos esenciales para el sector durante los próximos años:

  • I.    La potenciación de otros mercados más eficientes sigue en auge y, por tanto, cada vez más competitivos, como puede ser el mercado de Países Bajos, el cual multiplica por 5 el porcentaje de inversión en I+D con respecto a España en el sector agroalimentario.
  • II.    Ciertos productos están sufriendo durante los últimos años un importante crecimiento de la oferta, provocando la necesidad de ser más competitivos en precios y/o comercializar en nuevos mercados.
  • III.    La importante dependencia de las Ayudas PAC hace clave que trabajemos en mejorar nuestros costes y el control de gestión, de manera que, siendo un mercado líder, mejoremos en eficiencia productiva y operativa y por tanto en rentabilidad y estabilidad.
TRANSFORMACIÓN DIGITAL EN EL SECTOR AGROALIMENTARIO

Hay que ser conscientes que hemos pasado de tener una crucial y lógica preocupación por las ayudas de Bruselas a principios de 2020, a una tranquilidad transitoria gracias al crecimiento de la demanda (consecuencia del incremento de consumo del confinamiento y exportaciones), pero dicha problemática terminará regresando.

Actualidad y confinamiento

Analizando desde un ámbito global y no solo contando con mi conocimiento tecnológico, sino principalmente como profesional dedicado a ser palanca activadora de cambios estratégicos y gestión de manera operativa en las empresas, observo que ese motor tan importante que es la creación de una nueva necesidad y la actitud personal de adaptación al cambio, ya se ha activado.

Hemos hecho de la tecnología una necesidad de supervivencia y lo más importante, hemos trabajado en su implantación. Estos días, no nos vemos tan lejanos de esas multinacionales que tienen reuniones semanales por videoconferencia para tratar problemas o acciones de vital importancia. Ya estamos sintiendo como el viejo estigma de la tecnología ha cambiado, pero no solo nivel personal o en los comentarios de las redes sociales. Ha cambiado en esa pequeña empresa, que ni tan siquiera poseía cámaras web y ahora está reconstruyendo su supervivencia desde casa, gracias a reuniones de Zoom o ese nuevo grupo de WhatsApp que ha mantenido la comunicación de todos durante el confinamiento. Todo esto, no solo nos ha permitido “continuar”, sino que esa gran llama de equipo se mantenga encendida y fortalecida. Le hemos perdido el respeto a la tecnología, además de conocer que las dificultades de implantar lo desconocido son resolubles.

Pero, con esta situación de crisis sanitaria vivida, realmente, ¿qué ha cambiado? Hemos tenido que sufrir una causa de fuerza mayor, para poner en marcha un cambio desconocido pero positivo. De manera que, ha propiciado una activación de nuestra voluntad, al menos de manera temporal. Ahora todos tenemos necesidad y voluntad de cambio tecnológico, porque en realidad, en lo que necesitamos ser expertos es en la voluntad de prosperar, aunque sea en un terreno desconocido.

A partir de aquí, ¿cómo convertimos esta temporalidad en algo definitivo dentro de mi organización?, ¿cómo lo consigo y por donde empiezo?

Transformación y futuro

Debemos ser conscientes que en realidad cuando se habla de TRANSFORMACIÓN DIGITAL del sector industrial o lo que es lo mismo, la INDUSTRIALIZACIÓN 4.0, no es más que usar tecnología aplicada a procesos, procedimientos y técnicas de trabajo con el simple objetivo de mejorar los costes, las ventas, la eficiencia, o sea, la rentabilidad.

Como paso previo, siempre será idóneo PONER ORDEN en la empresa. Plantearnos cómo nos vemos, dónde nos gustaría estar dentro de 3 años y en qué me puede ayudar la transformación digital para mejorar la rentabilidad empresarial. Para qué a partir de ahí, nos fijemos unos OBJETIVOS globales y coherentes con lo que somos y con la inversión que queremos destinar. En definitiva, dibujar un sencillo, pero útil plan estratégico. Y para todo ello, es el mejor momento.

El primer paso será estar abierto a escuchar, conocer y visualizar como cierta tecnología puede mejorar mi empresa. De manera que obtengamos una nueva misión de análisis de qué sistemas, mecanismos o dispositivos podrían aportarnos mejora. Detallo algunos ejemplos prácticos:

  • Predicciones meteorológicas y planificación de trabajos diarios en función de estimación de libertad de plagas, menos viento, lluvia, etc.
  • Comunicación e información en tiempo real con el campo (móvil/PDA) y/o con los clientes (móvil/ análisis de demanda y planificación).
  • Sistemas de control de almacén y expedición (pistolas, sistemas SGA, mecanización y automatización del embalaje y etiquetado, etc.).
  • Cosechado y envasado a tiempo real (ERP/mail, etc.).Aviso y Control de equipos de trabajo y cuadrillas (móvil/PDA).
  • Control de plagas (drones/ sensores).
  • Control de riego y abono (drones/ sensores/ autómatas).
  • Mecanización y automatización del proceso de cosechado, clasificación y envasado.
  • Deslocalización y utilización del teletrabajo.
  • Personalización del envasado.
  • Geolocalización de las fincas y estimación de potenciación de desarrollo.
  • Firma electrónica y autenticación digital de contratos y procesos administrativos.
  • Etc.

El segundo paso, será orientarnos hacia esas medidas que realmente son más interesantes en el momento empresarial actual y que vayan en línea con el futuro de la empresa. Para ello, habrá que rodearse de un equipo interno y/o externo de personas que nos aporten no solo visión, sino conocimiento y experiencia en ese campo, de manera que podamos realizar un análisis de adaptabilidad y conocer los requerimientos mínimos para su correcta implantación. Esto ya nos deberá aportar un estudio de rentabilidad personalizado para nuestra empresa en base a una inversión.

Como tercer paso será básico formular qué adaptaciones organizativas serán necesarias para que continúe la estabilidad en el día a día, con la nueva integración de medidas tecnológicas. Estos cambios podrán habilitar nuevas tareas e incluso responsabilidades, por lo que su correcta asignación y cumplimiento del nuevo procedimiento será vital.

Como cuarto y último paso, habrá que configurar un pequeño cronograma de hitos, que nos ayude a dar seguimiento a la correcta implantación y funcionamiento de la transformación llevada a cabo. Controlando así desviaciones económicas y plazos.

De manera global e imitando a lo sucedido durante el confinamiento: “Si nos esforzamos por conseguir que cada nueva implantación sea un éxito, generaremos la confianza necesaria para continuar innovando”.

Conclusiones

La voluntad de los directivos y propietarios es la que realmente marca la dirección y diferenciación de las empresas. De manera que, no hay que ser expertos en una disciplina como la tecnológica, sino exclusivamente entender y aprender el valor que su implantación nos puede aportar.

A partir de aquí, tendremos que trazar un plan que nos permita asegurar el éxito. Dicho éxito deberá llevar implícito, la toma de decisiones que aporten mejora en la rentabilidad, al mismo tiempo que, definimos un camino coherente dentro de la organización que permita su correcto funcionamiento.

El verdadero motor tecnológico que puede mover tu empresa, eres tú. No hay que tener prisa, pero aún menos pausa. Buscar soluciones y aliados tecnológicos que aporten rentabilidad es una decisión, que te compromete a implicarte. Diseñar y recorrer de antemano el camino hacia el éxito, te ayudará a alcanzarlo.

Es fundamental esforzarse en hacer sencillo lo desconocido, para a partir de aquí, empezar a trabajar en un todo. Y si sigue habiendo dudas, pregúntame.

Ricardo Sarrión